martes, 15 de febrero de 2011

jueves, 10 de febrero de 2011

Matrimonios entre empresas: fusiones y adquisiciones


Por Antonia Montes

Las fusiones y adquisiciones entre empresas se han convertido en una estrategia de negocio para aumentar la rentabilidad y competitividad en tiempos de crisis. Y aunque muchas veces utilizamos los términos como si fuesen sinónimos, existen diferencias sustanciales entre ellos.
Una fusión se produce cuando dos o más empresas se unen, convirtiéndose en una única. Si una de las sociedades que interviene absorbe el patrimonio de la otra, se habla de fusión por absorción. El término “fusión fría”, tan de moda últimamente entre las Cajas de Ahorros en España, consiste en crear un holding, integrando un porcentaje de sus activos, con la posibilidad de que se mantengan las distintas marcas en cada una de las regiones de influencia.
En cambio, cuando se produce una adquisición, una empresa es comprada por otra. Todos los activos de la empresa “comprada”, o el paquete accionario de control, pasan a ser propiedad de la empresa compradora.

Matrimonios entre empresas

Para entenderlo bien, podemos hablar de una fusión fruto de un acuerdo mutuo, lo que se asemejaría a un matrimonio “occidental”. Este tipo de matrimonio, desde el punto de vista antropológico, es una institución que permite legitimar la descendencia y crea relaciones de alianza entre los grupos de parentesco de los cuales provienen sus miembros.

O podemos hablar de acciones hostiles lanzadas por una de las partes. Lo que podríamos comparar con los matrimonios “concertados” o “arreglados”.
Los matrimonios “concertados” muy común en países como la India, China o Afganistán, culminan tras meses de negociación entre las familias, en los cuales la pareja no llega a verse nunca. No es sólo un “contrato” entre dos personas, es un contrato entre familias, que las convierte en más grandes, influyentes, generalmente del mismo estrato social y generan en la pareja una mayor presión para que esta unión funcione.

En los siglo XVII y XVIII, en Europa, eran comunes los matrimonios “arreglados” que unían familias aristócratas y nobles mediante matrimonios, con el fin de acrecentar su fortuna y crear lazos de poder e influencia.

Por último están las uniones más “hostiles” de todas, los matrimonios “forzados”, en los que una de las partes se casa en contra de su voluntad, por presión física o psicológica.

¿Porqué se “casan” las empresas?

El valor que se busca en esta decisión estratégica es distinto en cada caso, y va desde la búsqueda de economías de escala hasta la reducción de competidores, pasando por el acceso a un mercado geográfico más amplio. De igual forma ocurre con los matrimonios, entre los que podemos encontrar uniones que buscan legitimar la descendencia, aprovechar ventajas fiscales, acrecentar fortunas, o conseguir mayor poder e influencia.
En el caso de las empresas, estas uniones posibilitan la reducción de costes en operaciones y servicios, aumentando por tanto el flujo de ingresos, cuota de mercado y consecuentemente los beneficios.

¿Matrimonios sin amor?

En las fusiones, al margen de las decisiones relacionadas directamente con el negocio y los objetivos económicos y financieros, se menosprecia muchas veces la dificultad para integrar a las personas de ambas partes.

Como pasa en los matrimonios “concertados”, “arreglados” o “forzados”, la pareja no espera empezar su matrimonio por amor, sino que acepta las normas impuestas por su entorno social. El “amor de compañía” (el que se tiene por una persona con la que se comparte mucho tiempo) puede surgir a lo largo de la unión, pero carece del componente emocional del amor romántico.
Un proceso de fusión por tanto, presenta un importante reto a resolver por parte de los departamentos de Administración de Personal y Recursos Humanos.

Derivado de la fusión, el Departamento de RR.HH. se enfrenta con frecuencia a un proceso de gestión de cambio bastante complejo, y a menudo bastante precipitado. Lo ideal es conseguir que ese “amor de compañía” surja de una manera más o menos natural.

Sobre todo en el caso de la empresa adquirida, que pasa de un presente conocido a un futuro desconocido e incierto. En este escenario, hay empleados que abandonan la organización, y los que permanecen deben adaptarse a los cambios, cambios que pueden ser mínimos o suponer una modificación completa de objetivos de unidades de negocio, relaciones de dependencia, planificaciones, etc.

Como en los matrimonios “concertados”, estas “crisis” traen a la luz numerosos escándalos de amantes que suplantaban en el plano amoroso a la esposa o esposo real. Un ejemplo no tan antiguo es el matrimonio de Napoleón I con Maria Luisa, archiduquesa austríaca, que nació con el fin de firmar un tratado de paz por medio del matrimonio.

Recursos Humanos cual Celestina

El reto está en saber aprovechar este proceso de cambio como una oportunidad de mejora en todos los procesos relacionados con la Gestión de Personas. O como he dicho antes, en sembrar la semilla para que surja ese “amor de compañía”.

Las principales claves para resolver con éxito este reto son:

-Detección de sinergias entre los procesos de gestión de las distintas compañías.

-Propuestas y toma de decisiones para unificación de criterios: Políticas Retributivas y de Recursos Humanos.

-Propuesta de soluciones y mejoras: a nivel técnico, organizativo, procesos de gestión.

-Gestión y explotación de información de forma consolidada:
·Reporting, Indicadores, Cuadros de Mando, Análisis de Costes, etc.

- Analisis y Gestión de Riesgos.

-Acciones para Gestión del Cambio.

Como buena casamentera que tiene que ser RR.HH. en estos casos, y con el objetivo de que el amor surja entre ambas partes, tendrá que llevar a cabo tareas relacionadas con la gestión del cambio, la evaluación de personas y el clima en la organización. Sin descuidar en ningún momento la fase de comunicación e información, y prestando especial atención a la detección de la desmotivación de las personas y las posibles pérdidas de conocimiento.

O como en cualquier matrimonio que desee una unión sana y duradera, no hay que dejar de “alimentar” la chispa del amor a la vez que debemos estar atentos a cualquier indicio de que alguna de las partes está perdiendo el interés y la ilusión.

En definitiva, no debemos olvidar en ningún momento que el factor humano es definitivo para que la unión tenga éxito. En las fusiones y adquisiciones, como en los matrimonios, estamos hablando, al fin y al cabo, de personas. Y cuando hablamos de personas las cosas funcionan si las “partes” lo desean y ponen lo mejor de ellas. Y para eso está el departamento de RR.HH., que como un buen consultor matrimonial, debe conseguir que ese sea el sentimiento generalizado de la organización; que las cosas fluyan, funcionen, y lleguen al mejor puerto posible sin perder nunca la ilusión ni la convicción de que es allí donde quieren estar.

miércoles, 2 de febrero de 2011

OTRA VEZ LA EMIGRACIÓN


Por Fernando Garrido


Estas semanas atrás, leyendo atentamente la prensa y diversos foros de Internet, he comprobado con estupor que la España del siglo XXI está retrocediendo laboralmente con respecto al resto de Europa en muchísimos sentidos.

Esta dichosa crisis que no termina está haciendo que se repitan escenas vividas en los años 60, cuando cientos de miles de españoles dejaron nuestro país para buscar trabajo fuera de sus hogares, dejando atrás un país que lejos estaba de ser un sitio idóneo para vivir; y no había otro remedio que la salida del mismo buscando horizontes de prosperidad.

Los destinos del nuevo emigrante español son muy variados, pero es muy llamativo el caso alemán que, muy lejos de la realidad española, intenta resolver su problema de déficit nacional de profesionales especializados, contratando jóvenes europeos preparados, apostando así por el empleo como única salida a la crisis.

Alemania es una economía que creció en el pasado año en torno a un 4% y pretende reducir sus cifras de paro en 2011 a un 7%. Si estos datos los comparamos con los de España, la tasa de paro de la EPA en diciembre era de un 20,33% (4.700.000 parados) y la economía ha caído un -0,2% en 2010.

En Alemania necesitan nada más y nada menos que 800.000 trabajadores, eso sí, quieren a los más preparados. Buscan sanitarios, ingenieros, docentes y personal para hostelería y turismo de entre 25 y 35 años de edad, y así cubrir sus necesidades laborales más importantes.

En España, ya que no se vislumbra una recuperación económica próxima y como son mucho más valorados los profesionales fuera de nuestras fronteras, no les queda más remedio que salir del país, dejándolo huérfano de trabajadores competitivos. Así, cuando España se recupere de la crisis, se habrá quedado sin los trabajadores más preparados y tendremos que formar a un recambio generacional, volviendo a sufrir el retraso laboral que, cada ciertos periodos, se ve afectado por este tipo de movimientos migratorios.

Los datos son escalofriantes. En el último año, 120.000 españoles se han marchado a trabajar fuera de nuestras fronteras, a un lugar donde puedan desarrollar su labor profesional. Concretamente en Jaén ya se han marchado 8.784 personas. Estos no tenían trabajo cuando terminaron sus estudios o contemplaron el despido de sus compañeros y prefirieron apostar por lo seguro. En algunos casos vieron reducidos sus contratos, de indefinidos a temporales, hasta su finalización. Después, parados, han visto finalizar su prestación sin apenas vislumbrar ofertas que se adecuaran a sus perfiles y, finalmente, han tenido que hacer su petate y marcharse a otro país.

A España todavía le falta mucho tiempo para salir de la crisis, quizás más de lo que dicen los gobernantes; por lo que deben plantearse cambios profundos en el sistema laboral, cambiando el sistema de ayudas e incentivos; o fijarse en el modelo alemán de Merkel.

Ahora posiblemente no es tan importante la discusión sobre la jubilación a los 65 ó 67, sino el que estos compatriotas puedan trabajar en su país y no marcharse fuera. Estamos perdiendo a gente muy cualificada y un día no muy lejano no despegaremos como el resto de los países de la élite mundial porque careceremos de esa gente preparada que, a su vez, estará colaborando en el auge de un país distinto al nuestro; y eso nos dolerá aún más.

jueves, 27 de mayo de 2010

Desenjaulemos a Sonsoles


CON PERMISO DON ANTONIO


ANTONIO BURGOS
Miércoles , 21-04-10

Con el avión oficial yendo y viniendo de gañote a las rebajas de Londres. Con la piscina climatizada para dedicarse a algo tan gratificante como hacer submarinismo en plena meseta. Con Elena Benarroch como primera dama de su corte. Con los aproximados setecientos mil millones de asesores que tiene su señor esposo. Sin tener que pensar qué va a poner de cenar a las niñas cuando vuelvan del instituto. Sin tener que pagar ni factura de la luz, ni factura del gas, ni factura del agua, ni factura del teléfono, ni recibo de los gastos de comunidad, ni hipoteca, ni IBI del piso. Sin tener que pensar en el coche, que si hay que llevarlo a lavar porque está guarrísimo, que si el mes que viene hay que pasarle la ITV, que si va a caducar el seguro... Sin estas ataduras cotidianas, prisiones del alma, mazmorras del espíritu, yo creía que doña Sonsoles Espinosa, cuya mano beso, estaba encantada de la vida, de la gran vida, de la vidorra que se pega a costa de todos nosotros como inquilina de la Moncloa, en cuanto esposa del presidente del Gobierno.
Pues no.
Qué disgusto más grande tengo. Yo, la verdad, es que no puedo ver sufrir a nadie. Me parte el alma que alguien lo pase mal, como esta señora. Lo mío es, ¿cómo les diría yo? ¿Ustedes no ven lo de los antitaurinos separatistas catalanes con los pobrecitos toros? Bueno, pues lo mío con quienes lo están pasando mal es algo por el estilo, pero sin complicidad del Parlamento Catalán y sin odiar todo lo que huela a España. Por eso estoy desolado con lo que me acabo de enterar de esta pobre señora, Sonsoles, a quien creía la mujer más feliz del mundo, el ama de casa más liberada de preocupaciones, la esposa más realizada, la madre más contenta del orbe católico.
Pues no.
Doña Sonsoles lo está pasando muy mal en la Moncloa. No sé por qué. Quizá será porque quiere pagarse de su bolsillo los viajes al extranjero para sus gorgoritos en el coro de la ópera, o poner el dinero para la factura de la luz, o ir a Mercadona a hacer la compra, que está la nevera pelada. Esas cosas. Como ya decía El Guerra que hay gente pá tó, hasta hay gente para pasárselo muy malamente viviendo muy por encima de sus posibilidades y a costa de todos nosotros. Yo considero La Moncloa como el cuarto de invitados que tenemos los españoles, que lo pagamos de nuestro bolsillo para tener allí convidado a un tío cuatro años, viviendo a cuerpo de rey él y su familia, sin que su mujer, encima, tenga que preocuparse de si hay que comprar jabón para la lavadora, si se ha roto el lavavajillas o si la nevera parece que no enfría bien. Y nada digo de la zapatilla del grifo del lavabo. ¿Usted sabe lo que es estar cuatro años de señora de la casa sin pagar un duro y encima diciendo que le den por saco a la zapatilla del grifo del lavabo si la tata viene diciendo que gotea? Yo creía que Sonsoles estaba encantada de no tener que preocuparse de la zapatilla del grifo del lavabo del cuarto de baño de las niñas.
Pues no.
Según anuncia «Vanity Fair», que es como el BOE para el pijerío de izquierdas (sector Visa Oro), Sonsoles está hasta el mismísimo Logroño de vivir en la Moncloa. Se siente enjaulada. Como en una sartén hirviendo. La señora añora la tranquilidad de la vida en provincias. ¡Qué lástima de hija! Se impone, pues, organizar una campaña (electoral mismo) para que esta pobre mujer deje de sufrir. No hay derecho a que esta señora lo esté pasando tan mal viviendo de gañote en la Moncloa. ¿No salvan al lince de Doñana? ¿Por qué no hemos nosotros de salvar a Sonsoles de la Moncloa? Si se siente enjaulada, hay que desenjaularla inmediatamente, ¡Puerta, Camino y Mondeño! Y si añora la vida en provincias, debe volverse inmediatamente a León. De donde nunca debía haber salido. Ni ella ni el marido.

martes, 20 de abril de 2010

¿Cuánto subirán los precios por el aumento del IVA?


Tras la polvareda levantada por la subida del IVA que se producirá a partir de julio, falta por despejar cómo incidirá en los precios. Pero a menos de tres meses para que entre en vigor el incremento la respuesta no está del todo clara.


La subida del impuesto, decidida por el Gobierno para reducir el déficit, dejará el IVA general en el 18%, frente al 16% anterior, y el IVA reducido -transporte, hostelería, vivienda- pasa del 7 al 8%.


Su efecto sobre los precios es una incógnita. En última instancia son las empresas las que deciden si trasladan los precios al consumidor o si los absorben en su cuenta de resultados, es decir, si los asumen en sus posibles beneficios -o engrosan aún más sus pérdidas-.


Con el país todavía en recesión y el consumo de capa caída, las compañías no tienen mucho margen para subir sus precios. "Dependerá mucho del sector", afirma Rafael Pampillón, economista de IE Business School. "Donde hay más competencia, por ejemplo el turismo y los paquetes de viajes, no se podrá trasladar. Se lo tendrán que comer las empresas", añade.


El pequeño comercio cree que la medida es "inoportuna", ya que perjudicará sobre todo a las empresas más que a los consumidores. "Los empresarios tendrán que hacer un esfuerzo adicional porque la crisis del consumo no facilita que se pueda trasladar a los precios, eso perjudica los márgenes", afirma Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española de Comercio.


"Cualquier subida que pueda trasladarse no va a ser significativa para el consumidor. En una camisa de 30 euros, subiría 50 céntimos. Pero las empresas siempre lo vamos a notar", añade. "Las empresas con problemas tendrán más pérdidas y podrían echar más gente a la calle", se lamenta Fraile.


Inditex y Carrefour ya han adelantado que no subirán precios por el aumento del IVA. Es lo que probablemente tendrán que hacer muchos empresarios, al menos hasta que escampe aún más la crisis.


"A nosotros no nos va a quedar más remedio que dejar los precios como los tenemos. Al menos de momento. No podemos permitirnos perder más clientela, que ya está bajando por la crisis", afirman en un restaurante del barrio madrileño de Chamberí. Donde no parece que habrá más remedio que pagar más será en las tarifas con cierta regulación, como la luz, el gas o el butano.


Problemas más graves


El Gobierno espera que la subida del impuesto se traslade a los precios con un incremento leve, del 0,5% o el 1%, según manifestaron hace poco Elena Salgado, ministra de Economía, y Miguel Sebastián, titular de Industria.

"Es evidente que la subida del IVA tendrá repercusión en los precios, aunque no cabe esperar un impacto inmediato. Probablemente se dilate durante dos o tres meses", afirma José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, en España.


Este experto cree que el aumento provocará que la tasa anual de la inflación suba 0,6-0,7 puntos adicionales. No es preocupante si se tiene en cuenta que actualmente el IPC continúa por los suelos, por debajo del 1%.


Con el incremento del impuesto, el Gobierno espera recaudar 5.150 millones de euros adicionales que servirán para reducir la subida del déficit, que ha alcanzado el 11,4%. El Ejecutivo ha defendido la que probablemente es la medida económica más impopular que ha tomado argumentando que, incluso con la subida, el impuesto quedará por debajo de la medida europea, actualmente en el 20%.


Llega demasiado pronto


Los expertos no creen que la subida del IVA sea una mala medida, aunque sí que se debería haber tomado más adelante, cuando la recuperación estuviera consolidada. "Hay que desdramatizar el incremento. Tenemos problemas más graves, como el déficit público, la situación del sector inmobiliario, la falta de competitividad económica o el paro", remarca Pampillón, de IE Business School.

Pero los economistas dudan de que la subida por sí sola del IVA sea capaz de enderezar el déficit. "Hace falta recortar aún más el gasto público", cree Pampillón.


Además, el aumento del impuesto producirá un repunte del consumo en el segundo trimestre del año, ya que hará que se adelanten las compras de bienes caros, como viviendas y automóviles, pero producirá una recaída en el tercero.


La caída del consumo podría hacer que la supuesta mayor recaudación por el aumento del impuesto se quedara en agua de borrajas. Si se consume menos, se neutralizaría también el mayor flujo hacia las arcas del Estado en el corto plazo.


La experiencia de lo que ha ocurrido en las últimas subidas de Alemania, Portugal y España -en 1992- así lo demuestra pero también es cierto que, una vez consolidada la recuperación, la recaudación aumentará.


Algunos expertos creen que el error ha sido no acompañar la subida del IVA de una rebaja de las cotizaciones a la Seguridad Social, lo que aliviaría la presión fiscal sobre las empresas.

La subida del IVA supondrá 290 euros anuales por familia



¿Cuánto supondrá para el bolsillo de los consumidores la subida del IVA del próximo mes de julio? 290 euros anuales, según la OCU.


Los cálculos de la asociación de consumidores se basan en el gasto medio por hogar publicado en la última encuesta sobre presupuestos familiares del INE, que ascendió a los 31.953 euros en 2008.


Los expertos de la OCU han eliminado de la estimación los componentes exentos de IVA (servicios médicos, alquiler de vivienda, educación, entre otros), así como los gastos en productos alimenticios básicos, que tributan al tipo superreducido del 4%.


Otras cuentas han empleado el gasto total de los hogares en contabilidad nacional, que el año pasado fue de 578.000 millones de euros. El resultado es notablemente inferior, unos 140 euros.


Lo cierto es que aunque algunas empresas, como Inditex o Carrefour, ya han avanzado que no trasladarán al cliente final la subida del IVA, el incremento del 16% al 18%, en el tipo general, y del 7% al 8%, en el reducido, se notará en el bolsillo.


De hecho, la OCU emplaza a julio para comprobar si las compañías deciden o bien sufragar el incremento del impuesto con sus márgenes de beneficio o bien repercutirlo en el precio ofrecido a los clientes.


¿que será de n0sotros?

jueves, 18 de marzo de 2010

“Los Misereres”, motetes de Baeza, un legado musical.


Etimológicamente la palabra motete proviene del vocablo diminutivo “mot”, que en francés y provenzal equivale a composición poética y melódica.

En sus comienzos, es decir, en los s. XII y XIII, el motete era una pequeña canción, compuesta en lengua vulgar y con una sola estrofa, que se superponía a un tema sacado del repertorio litúrgico, posteriormente en el s. XVI, el motete tendrá un significado mucho más amplio y designará casi todas las piezas del repertorio litúrgico, excepto la Misa. Hoy día, la definición del motete más extendida es, la de una breve composición religiosa, polifónica, con ó sin texto, preferentemente latino, de uso complementario en la Liturgia. Estas piezas pertenecen a la música religiosa de tradición popular.

Los motetes baezanos por excelencia, conocidos por “Misereres”, son piezas musicales breves a varias voces y se interpretan tras algunas de nuestras imágenes de Semana Santa, entre otras la de Jesús Nazareno y la Cruz de Santa Elena “El Paso”, que hace unos años formó una “Capilla Musical” con miembros de la cofradía.

Sobre estos motetes hay que indicar que son anónimos, no hay una fecha de creación conocida, lo único que se sabemos es que se interpretan desde antaño en nuestra semana mayor.

Es una tradición que ha sido transferida de generación en generación de músicos, y se ha mantenido a través de la transmisión oral. Al no haber partituras primitivas escritas sobre estas obras, se han transmitido “de oído” entre los músicos que las han interpretado.

Hace años, según cuentan nuestros mayores, como acompañamiento de los músicos marchaban una o varias personas que iban tatareando de viva voz los motetes. Esta tradición cantada se perdió allá por los años 50, perdurando únicamente la interpretación instrumental en nuestros tiempos.



De la forma musical de estos “Misereres”, hay que decir que son composiciones para música de cámara en las que cada instrumento tiene la misma importancia. Están compuestos para un determinado número de instrumentos, dependiendo del grupo instrumental. En Baeza nunca se ha visto un número exacto y ha ido variando en función de las circunstancias del momento.

La melodía es instrumental, frases musicales que discurren por grados conjuntos con algunos saltos y adornadas con mordentes. Tienen tres partes, tres motetes, que mediante la utilización de motivos melódicos en cada uno, le dan unión al conjunto de la obra.

El ritmo de la obra se podría encuadrar a la hora de transcribirla, en un ritmo binario de 2/4 o 2/2, pero al oírlos o interpretarlos se hace Ad libitum, sin un tempo fijo, es decir, a placer. Este término significa que los intérpretes o músicos pueden variar el tempo como lo deseen, eso si, sin alterar las notas, solo el tempo. Se puede decir que es un tempo Andante.

La textura es homofónica, las diversas voces se mueven simultáneamente con los mismos valores rítmicos pero con diversas notas, formando acordes sucesivos. Por último, si analizamos el timbre de las obras, es de instrumentos de viento metal y madera y son interpretados normalmente por, clarinete, saxofón alto, saxofón tenor ó barítono, trompeta, fliscorno, trombón y tuba, pero sin un número exacto de instrumentos.